«El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos». Proverbios 16:9
¿Sabías que se te ha dado el tiempo y el espacio para actuar sólo como se te ha sido asignado por Dios? Si lo supieras, entonces lo verías a Él como el Dueño de tu tiempo. Entenderías que Él está ocupado diseñando y organizando eventos que continuarán desarrollándose hasta que Su propósito sea revelado en tu vida. Confiarías en Su voluntad Divina y verías que, a pesar de lo difícil que parece a veces, Su tiempo es perfecto; Él nunca llega tarde.
Fue justo en el momento del fuego que Dios rescató a Sadrac, Mesac y Abed-nego. (Daniel 3)
Fue justo en el momento de una sumisión total que Dios le proveyó a Abraham el cordero para el sacrificio. (Genesis 22)
Fue justo en el momento de renunciar que Jesús convirtió las horas perdidas de Pedro en horas de éxito. (Luke 5)
Si examinas tu viaje de la vida, reconocerás que la verdad es que Dios nunca llega tarde. ¿Has sentido alguna vez como si te estuvieras cayendo y, justo antes de golpear el suelo, Dios te ha atrapado y te ha elevado? ¡No eres el único! Dios quiere que agotemos todas nuestras ventajas mundanas, nuestra sabiduría humana, nuestra autosuficiencia y lleguemos al fin de nosotros mismos para que así Lo valoremos y Su propósito sea revelado en nuestras vidas para Su gloria.
¿Qué estás experimentando ahora mismo en tu vida? ¿Estás siendo tentando con la impaciencia y la ansiedad, la preocupación o la duda? Recuerda, no puedes separar a Dios de Su voluntad, de Sus promesas y de Su tiempo. Decide hoy descansar en los preciosos brazos del Espíritu Santo y confía que, como un verdadero creyente, tu tiempo le pertenece a Dios. Tu deber es obedecer la Palabra de Dios; Su deber es cumplir con Sus promesas en tu vida y verdaderamente, Él nunca, nunca llega tarde.
ORACIÓN: Pídele a Dios que te de un corazón obediente, ¡en el poderoso nombre de Jesucristo!
